Adolescencia y alimentación deben ir de la mano

Esta es una etapa, donde los cambios

Físicos
Fisiológicos
Emocionales

están muy presentes y en constante evolución. Los requerimientos nutricionales han de ser óptimos y adecuados a las necesidades individuales de cada adolescente (es importante recordar que el nivel de exigencia académica, varía mucho de unos adolescentes a otros, llegando en algunos casos, a olvidarse de comer y de nutrirse de forma adecuada).

Ser madre de dos adolescentes de 16 años, hace que sienta especial sensibilidad por las personas de esta edad, y por supuesto, también por sus madres y padres.

Entender que las necesidades que tienen nuestros hijos y lo que ellos quieren (que no siempre es lo que nosotros queremos) es fundamental para poder ayudarles.

En mi caso, con mis hijas gemelas:
primero pasamos la etapa de “todos los chismes y productos de alimentación que veían por ahí”: Por suerte, esta etapa duró poco.

Después llegamos a la etapa de “quiero definir abdomen” (que vas que querer definir si estás perfecta, además con todo el deporte que haces)…pues nada….otra tarde de sesión de nutrición. Bibliografía y estudios científicos en mano.

Aún recuerdo cuando una de mis hijas, me dijo que quería ser vegetariana. Lo entendí y me formé para ello. Fue entonces cuando me especialicé en Nutrición Clínica Vegetariana.

Para entender ciertas situaciones, a veces, hay que vivirlas y sentirlas.

Como padres, gestionar todas estas situaciones alimentarias y sociales (y la rapidez a la que se desarrollan), suelen desencadenar:

La ansiedad por la comida.
Tensión estomacal.
Falta de apetito durante días.
Atracones de comida nocturnos (especialmente cuando determinadas situaciones se calman).

Al vivirlo en primera persona, me resulta mucho más fácil ayudarte…

Y eso hace que viva mi profesión con pasión, con ganas de ayudar y de tener formarme continuamente.