Pongámonos en antecedentes. La menopausia es un estado fisiológico, tal y como puede ser la adolescencia, en el que dejamos de ovular y de menstruar. Se puede decir que estamos en ella, pasados 12 meses de la última regla.
Pero este cambio se engloba en otro de mayor espectro llamado climaterio, que engloba otros períodos más específicos como son la premenopausia, la perimenopausia, la menopausia (como tal) y la postmenopausia. Se prolonga durante años, antes y después de la menopausia y es consecuencia del agotamiento ovárico, asociado a la reducción en la producción de estrógenos que produce la capacidad para producir hormonas, folículos y ovocitos.

La consecuencia de estos cambios es la pérdida de energía, originando cansancio. Y para mitigar estos cambios y esta pérdida de energía, te recomiendo que aumentes la calidad tus alimentos que consumes, procurando que sean ricos en:
– Ácidos grasos monoinsaturados ya que aportan vitaminas liposolubles (A, D, E, etc.), ayudan a reducir el colesterol malo (LDL) y a mejorar el bueno (HDL). Un ejemplo sería el aceite de oliva.
– Ácidos grasos poliinsaturados ricos en omega 3 (caballa, salmón) y omega 6 (frutos secos).
Y, por otra parte, cuida la calidad de los hidratos de carbono que ingieres, consumiendo:
– Frutas y las verduras, ya que aportan fibra, vitaminas, minerales. Además sacian y regulan la glucemia.
– Cereales, siempre y cuando sean integrales.
Pero si no tienes claro cómo llevar una dieta saludable en esta etapa de tu vida y necesitas un empujón u orientación para disminuir los efectos de este ciclo vital, ven a verme y juntas elaboraremos un plan saludable y equilibrado de alimentación.